sábado, 22 de agosto de 2015

Ideas para ayudar a alguien con baja autoestima


echar una mano


Quiero compartir un artículo que encontré navegando y que creo es perfecto para algunas personas que imprudentemente sólo lastiman. Creo que el respeto y la comprensión son fundamentales cuando te topas con alguien que tiene baja autoestima. Este artículo expone otros puntos a tener en cuenta.

Ideas para ayudar a alguien con baja autoestima

Más de una vez me hubiese encantado que una persona cercana con baja autoestima pudiera verse de otro modo; que pudiera ver las estupendas cualidades que yo le veía; que las pudiera valorar o que ignorase ciertas opiniones de la gente, que no le hacían sino ser cada día más infeliz.
Me hubiera encantado también tener una varita mágica o un chip futurista para integrárselo en la cabeza y que pensara de otro modo sobre sí misma.

Con el tiempo, uno aprende que no puede cambiar los sentimientos de otra persona, pero sí puede poner su granito de arena para que esa persona, por sí misma, vaya viéndose de otro modo, ganando confianza y sintiéndose mejor poco a poco.
Para eso hace falta paciencia. Nuestro apoyo servirá de algo siempre que la persona esté receptiva, que quiera ver las cosas de otra manera.
En ese momento sí podemos hacer bastante para apoyarla. Veamos algunas ideas.

Estar ahí para él/ella

La más importante: Que la persona se sienta respetada y querida. No está de más, en absoluto, recordárselo con palabras y gestos; que sepa tu aprecio y que puede contar contigo.

Escucharle

Presta atención cuando te hable y hazle sentir que su opinión es valiosa.
Escucha sus problemas y ayúdale a encontrar soluciones; a ver el lado bueno de las cosas, si es lo apropiado.

Ver las cosas con sentido del humor

También aquí, si es apropiado, puedes ayudarle a ver el lado cómico de los errores y demás desencantos vitales. Sin burlas, por supuesto.
Es más, no le rías la gracia cuando haga bromas en las que se ridiculice y, en general, cuando hable de forma denigrante sobre sí misma.

Reforzar sus puntos fuertes

Sé sincero y no le digas cumplidos con la única finalidad de que se sienta bien. Díselos cuando verdaderamente creas en esas palabras. No te los guardes: regálaselos.
Interésate también por sus logros, grandes o pequeños. ¡A celebrarlos!

Animarle con sus proyectos

La persona con baja autoestima deja de hacer cosas (aunque le interesen) por inseguridad. Ahí estás tú para animarla y para restarle peso a ese miedo.

Hacer cosas divertidas

Pasarlo bien juntos compartiendo experiencias divertidas a dúo. Así de simple.

Ayudarle a integrarse

La persona con baja autoestima ha de saber que puede contribuir de forma valiosa en la vida de otras personas. Inclúyela en tu vida; invítala a los eventos que sean; preséntale a alguien…
Si está dispuesta y a ti te es posible, haz algo para que se relacione con otras personas.

En definitiva, sí podemos influir de manera positiva en esa persona que apreciamos y que tiene la autoestima por los suelos.
Un último apunte: Si intentamos algo de lo anterior o alguna idea similar y no sale bien, no sirve de nada enfadarse. Sí, da un poco de rabia intentar echarle una mano a alguien que queremos y que esa persona rechace nuestro gesto. Pero, echándoselo en cara, sólo lograremos que se sienta aún peor consigo misma.


Fuente: Tus buenos momentos [http://tusbuenosmomentos.com/2012/07/miedo-nuevo-reto/] 

domingo, 16 de agosto de 2015

La conmovedora carta de Francia Elena Márquez Mina líder afro del Cauca, un llamado a la reflexión nacional


Hoy quisiera compartir un artículo que tuve la oportunidad de leer esta semana, sin embargo, es de hace un par de meses. Me parece que reúne todos esos argumentos que fortalecen mi punto de vista tanto sobre la continuación del proceso de paz como de aquello que pienso de quienes marchan pidiendo que se suspendan los diálogos.

La conmovedora carta de Francia Elena Márquez Mina líder afro del Cauca, un llamado a la reflexión nacional


Francia Elena Márquez Mina, es una líder afro oriunda de la vereda  Yolombó, municipio de Buenos Aires, en el norte del Cauca, zona donde se presentó el ataque de las FARC.
Francia además es presidenta del Consejo Comunitario de su localidad y una de las líderes que marcharon hacia finales del año pasado hasta la Plaza de Bolívar en Bogotá, para denunciar el impacto ambiental que viven sus comunidades por cuenta de la minería. Por ese motivo fue declarada “objetivo militar”.
Francia Elena Márquez Mina dio a conocer a los medios una conmovedora carta que expone una radiografía muy precisa de lo que viven las comunidades de la Colombia rural, se las compartimos con el animo de abrir espacios de reflexión sobre el conflicto social y armado que vive el pueblo colombiano casi desde la misma fundación de la patria.

Situación que carcome mis entrañas
Soy una mujer afrocolombiana, nací en una de esas montañas del departamento del Cauca, uno de los departamentos a quien la guerra más ha golpeado en este país. Mis ancestros y ancestras fueron esclavizados para hacer minería y agricultura para la corona española que hasta el sol de hoy conserva su reinado.
Por muchos años hemos convivido con nuestros hermanos indígenas y campesinos, sin mayores dificultades, sin embargo la guerra sistemática nos ha golpeado siempre. Inicialmente la colonización, la mal llamada conquista, que no fue más que el inicio del saqueo de la riqueza que existían en estas tierras.
También hubo una mal llamada “independencia”, pero en realidad lo que hubo fue la repartición de lo que dejaron los españoles, es decir, la repartición que se realizó entre los herederos de esa corona española, que en este país no pasaban y no pasan hoy de ser más de 10 familias, las mismas que hoy continúan manejando el país, pero sobre todo beneficiándose de la guerra.
No dejo de preguntarme cada día: ¿tienen importancia las vidas de las comunidades afros, indígenas y campesinas para este país?
Al igual que a muchas mujeres, jóvenes, mayores y hombres, que cientos de miles de familias, desde hace algunos meses me toco salir huyendo de mi tierra, porque actores armados me declararon objetivo militar con mis dos hijos, a quienes también les toco dejar sus estudios, sus compañeritos con los que han crecido, con los que aprendieron a pescar, a nadar, a sembrar y a miniar, entre muchas otras cosas.
Todo esto que hemos vivido ha sido por el amor que hemos conocido en nuestros territorios, el amor de ver germinar una palma de plátano, de un día soleado de pesca, de sentir cerca a la familia, defender nuestra permanencia y allí donde hemos crecido y no queremos salir porque esa tierra de las abuelas y los abuelos, puede ser también la tierra para nuestras nietas y nuestros nietos, nuestra tierra es nuestro lugar para soñar con dignidad nuestro futuro. Salimos corriendo y a escondidas, sin deberle a nadie por denunciar los abusos que día a día padecemos las comunidades negras, indígenas y campesinas en el Norte del Cauca, debido a los intereses económicos en nuestros territorio
s. Actores armados nos declararon objetivo militar, y por ello dejamos tirados los cultivos de plátano, caña, y hortalizas orgánicas, que sembrábamos. Ya se secaron, ya se murió ese esfuerzo, me sentía orgullosa, porque junto con mi compañero y mis hijos estábamos demostrándole a la comunidad que sí podemos vivir tranquilos en el campo, sembrando lo que nos vamos a comer.
Tal vez por eso nos persiguen, porque queremos una vida de autonomía y no una de dependencia, una vida donde no nos toque mendigar, ni ser víctimas
.
Hoy me encuentro desplazada, con el horizonte un poco perdido. Más aun, al saber que quizás regresar no será fácil. Más cuando la guerra absurda que no empezó hace 60 años si no hace 400, y que por más esfuerzos que hemos hecho, continúa bañando nuestros ríos de sangre, con la sangre de los que estamos abajo.Cuando llegamos a esta selva de cemento mis hijos estaban sorprendidos y en su lengua me decían “hay noooo mami ese plátano vale mil peso, noooo eso está muy caro! Porque saben que cuando estábamos en el campo comernos un plátano no costaba nada, por lo menos en términos monetarios, y además cualquier vecino si no tiene sembrado le regala a una una gaja y si tenía hasta un racimo.
Antes de ayer me sentí supremamente frustrada, en la noche no pude dormir, toda la noche estuve preguntándome a mí misma, ¿cómo hacemos para parar la guerra? ¿Qué más tenemos que padecer? ¿Cómo estará la gente que vive en la zona alta del municipio de Suarez y Buenos Aires o la montaña? como cariñosamente decimos nosotros.
Lamenté profundamente la muerte de los militares, porque desafortunadamente son nuestros hermanos, primos o sobrinos que por no tener oportunidades para ir a una universidad, o tener un trabajo digno, la única opción que les queda es irse a combatir en una guerra que no es de ellos, y que ni siquiera saben por qué empezó. Muchos dicen que es para defender la patria, y yo me pregunto ¿cuál patria? ¿La patria de quién si desde la esclavización hasta hoy las 10 familias que se creen las herederas de la corona española han ostentando el poder económico en este país, y han hecho lo que han querido con nosotros? Nos han llamado salvajes, esclavos, incivilizados, minorías, montañeros etc. Y todo eso les ha servido para justificar el negocio de la guerra.
Es por eso que los medios de comunicación ayer todo el día hablaron de los héroes de la patria, que en realidad son campesinos, que los usa el Estado para cuidar los intereses económicos de las 10 familias. Mucha gente diciendo con un odio profundo que salía desde sus corazones, “señor presidente debe ordenar los bombardeos”.
Sin embargo me parece muy irresponsable que la gente pida bombardear esos territorios, esos territorios no están vacíos, en ellos viven niños, niñas, mujeres, mayores, jóvenes, familias, en general gente que nada tiene que ver con esa maldita guerra absurda. Pero claro la gente que dice eso es la que vive en la ciudad y nunca le ha tocado estar en medio del fuego cruzado, gente que no sabe lo que es tener los helicópteros encima de su casa disparando ráfagas. Los que no saben lo que significa que alguien vaya a su finca a desyerbar y cuando sienta es que su azadón haló el cable de la mina anti persona que se había sembrado y que terminó con su vida partiéndole por la mitad; como pasó el año pasado con un miembro de la comunidad de la Alsacia, gente que no sabe qué es vivir en una zona sin energía, sin agua potable, sin señal telefónica y además confinados todo el tiempo. Esa es la que dice: “señor presidente debe ordenar los bombardeos”.
La guerra es guerra venga de donde venga. Lo que deberíamos estar exigiendo es la paz real para nuestros territorios. El departamento del Cauca ha sido bastante golpeado por la violencia, unas veces por la FARC, otras por paramilitares y otras veces por el mismo Estado, y a ninguno le importa, o se ha puesto a mirar, que en últimas quienes terminamos, como decimos nosotros, “pagando los platos rotos” somos las comunidades, afros, indígenas y campesinas.
No va haber paz con corrupción institucional, con destierro, no va a haber paz con amenazas de muerte a las comunidades y sus líderes y liderezas, no va haber paz ordenando bombardear los territorios, no va haber paz con explotación minera a gran escala. Las locomotoras del desarrollo sólo generan miseria, hambre, contaminación, guerra y muerte. No habrá paz con medios de comunicación desinformativos. Tener la cárcel más grande de América Latina en Jamundí tampoco traerá la paz.
La paz implica el respeto a la vida y los territorios ancestrales de las comunidades afros indígenas y campesinas, implica que en Colombia exista la universidad más grande de América Latina donde a los estudiantes no se les saque de los salones de clase por no tener con qué pagar el semestre. La paz implica que en Bogotá y en Colombia no nos maten por ser negros o indígenas. La paz implica que los políticos no se roben la plata de la salud, que las mujeres podamos ser respetadas en nuestros derechos, que no seamos torturadas, abusadas sexualmente, implica autonomía, respeto a la diferencia, a los saberes ancestrales. Implica la discusión y trasformación del modelo de desarrollo que en últimas ha sido el causante de tanta guerra no sólo en Colombia sino en el mundo.


Francia Elena Márquez Mina
Líder afro del departamento del Cauca


Fuente: http://radiomacondo.fm/2015/04/22/la-conmovedora-carta-de-francia-elena-marquez-mina-lider-afro-del-cauca-un-llamado-a-la-reflexion-nacional/

viernes, 14 de agosto de 2015

¿Qué opino del proceso de paz como futuro ing. industrial, como Colombiano y como persona?

El proceso de paz en Colombia ha sido una línea divisoria entre las personas por esta disyuntiva: Sí apoyo; No apoyo. Es mas, pareciera ser que cada vez que se acerca una fecha para la definición de este acuerdo, nos odiamos más entre colombianos.

Cada persona tiene su propia opinión, y quise tomarme la molestia de compartir, en algunos renglones, mis motivos del porqué sí apoyo el proceso de paz llevado a cabo en la Habana.

Sí, me molesta que se le esté tratando a las FARC como reyes en la Habana; odio el hecho de que hubo ataques a la infraestructura que afectó tantas comunidades; me enfureció lo relacionado con el vertimiento de petróleo y el incumplimiento del primer cese unilateral, pero quiero que todo esto acabe.

A pesar de que no puedo destacar algo positivo de las FARC en estos momentos -tengo poca memoria histórica como la gran mayoría de colombianos- sé que los beneficios del desarme de la guerrilla merecerán la pena, y es fácil empezar a nombrar algunas cosas que podemos ganar como sociedad:

-Si se desmoviliza la guerrilla, disminuirá sustancialmente la producción de estupefacientes, lo cual podría evitar la muerte de otro niño, otra persona desplazada, otra bala perdida...

-Los desmovilizados en una gran cantidad serán campesinos, sus conocimientos para labrar tierras servirían para una eventual explosión agro, supongo que una idea que se ha tomado en cuenta en este proceso es que los desmovilizados, para que no se queden improductivos, empiecen a trabajar en este sector. De esta manera se minimiza la creación de otras Bacrim -suficientes tenemos con las que dejó el paramilitarismo-                         

-Tendencia a cero de las minas antipersonales, que nos caería de perlas. No más niños mutilados, no más militares que no verán crecer a sus hijos... un campo en paz.


-Menos atentados contra la infraestructura, lo que se traduce en mejores tiempos de entregas de productos; más competitividad logística. Menos camiones incendiados y asaltados, más buses intermunicipales recorriendo tranquilos sus carreteras. Es decir, la productividad industrial podría aumentar, lo que llamaría la atención a inversionistas extranjeros y las empresas colombianas competirían de manera más eficaz... Que a la larga se espera incremente el número de puestos de trabajo disponibles y un mejoramiento general de la calidad de vida.


Sin embargo, como en toda negociación, se necesita que las dos partes cedan en algo, y según mi opinión, los que perderán más serán las FARC. No tienen el apoyo del pueblo colombiano, y creo que es muy posible que este pueblo pida inmediatamente una derrota militar si no se llega a un acuerdo de paz, lo que es un nuevo escalamiento del conflicto, sigamos sumando muertos...


Creo que es necesario este cambio, decir no más guerra, no más muerte, Al menos no quiero que mis hijos sean posibles víctimas de este conflicto -y de ninguno por supuesto-

Le pido al gobierno, como ciudadano, que negocie bien. No quiero que las FARC terminen en total impunidad, pero estoy dispuesto a aceptar una condena no privativa como opción, y que se le reconozca a esta guerrilla el derecho a ser tratados como una parte beligerante y no como terroristas -así como con los paramilitares, según me enseñaron en el colegio-. Es por esto, sumo mi voto al SÍ, por una Colombia más tranquila, por una Colombia más productiva, por una Colombia en paz.




domingo, 2 de agosto de 2015

The Legend of Zelda: Mi reciente afición



 The Legend of Zelda es un juego de Nintendo que nació en 1986 para la mítica consola de 8 bits NES. La temática básica de este juego trata de explorar cavernas para conseguir poder, armas y artefactos mágicos para salvar al reino de las garras del mal. A que suena muy repetitivo si se pone en términos tan simplistas, pero también lo es Super Mario si digo que es ir saltando a través de niveles y derrotar a la tortuga malevola gigante, o decir que Call of Duty sólo es de cubrirse, disparar, avanzar y matar al más malo, y sin embargo sí que nos han brindado momentos entretenidos estos juegos.
 
¿Pero y este post qué pitos toca?
Desde mi punto de vista, The Legend of Zelda atrae por su sensación de aventura y de peligros que genera. Y es que sus juegos son muy inmersivos, siempre empezando con un joven o niño que es algo débil, aunque siempre lleno de valor, es por esto que se crea un vínculo con Link (Sí, el tipo verde no se llama Zelda).
 La jugabilidad en cada consola -NES, N64, GC, Wii...- es casi única, siempre en mejora contínua con el desarrollo de nuevas tecnologías. También atrae el hilo argumental de cada juego que siempre hacen que cada uno sea una delicia de videojuego por separado, y se disfruta más sabiendo que cada uno de los juegos están interconectados entre sí a través de una macro-historia. Además que los soundtracks son increibles desde los inicios de la saga, si quieres concentrarte o estudiar deberías escuchar esto: No lo conoces, no tiene letra que aprender y suena espectacularmente bello porque es una orquestra!
Así que con este post arranco mi serie de post dedicados a mostrar los juegos de Zelda que he jugado y darles mi opinión al respecto, ¿Por qué? Pues porque siento que pocos en mi región lo disfrutan y es mi deber moral divulgar lo que me parece bueno (Así como el proceso de paz pero eso es cuento aparte). Espero que se animen y disfruten salvando la tierra de Hyrule.